Esta vida no viene de origen
con un remoto prontuario celestial
que le dé rumbo y sentido.
El único sentido de la vida personal,
es el que cada quien le confiere a la suya con sus actos.
El mar, el cielo, los ríos;
los hermosos verdes árboles,
las montañas azuladas,
las inocentes fieras del monte;
los pájaros, el colorido canto de los pájaros, el aire, las brillantes estrellas.
Esa es la dura y pura realidad.
Lo demás es cultural,
el artificioso y cambiante mundo cotidiano del Homo Sapiens moderno.
El sentido de la vida es
darle sentido a la vida.
La vida tiene que ser obra de la voluntad
para que tenga sentido.