Hay zonas de mi vida
que se han ocultado casi por completo.
Las veo grisáceas, vagas,
nebulosas.
Como en un sueño.
No sé si un día llegarán
a ser claramente visibles para mí.
Hoy por hoy vivo el día a día.
Ya sea correteando
por las cosas de la construcción,
o leyendo el libro de turno,
o escribiendo mis pequeñas notas.
Con el tiempo la vida cambia.
Se simplifica.
La edad tiene una tracción irrefrenable.