Es hora de aceptar que nunca serás mía ni yo tuyo.
Es mejor enfrentar cara a cara la realidad.
Sobretodo yo frente a la mía. Dura, despiadada.
Nada gano pensando en vos emocionado, transportado.
Ni mucho menos creyendo que un día pudieras ser mía.
Y yo tuyo.
Qué va.
Es mejor que me enfrente a mi realidad.
Acepte mis limitaciones.
Y me olvide de veleidades que no están a mi alcance.
Solo me queda ser yo, tristemente yo.