Soy un poeta menor, no tengo duda al respecto.
Soy tan menor como poeta
que tal vez lo que soy es un mal poeta.
Pero qué digo, esa categoría de poeta no existe siquiera.
Tal vez entonces sí,
soy el menor de todos los poetas.
Y con eso me conformo. Porque el regusto que siento cuando escribo mis inimportantes poemas
me complace tanto,
que debe ser parecido
al placer que sienten los grandes poetas de verdad.
Y es así que siendo un mínimo poeta cometo la impostura,
de disfrutarlo como si fuera
el campeón de todos los poetas.
Eso me basta y me sobra.