Yo he vivido mintiendo
y mintiéndome
toda la vida.
Ahora, en mis finales
lo comprendo.
Vivir con vos, respirar
tu aliento, tu sudor,
las emanaciones de tu cuerpo.
Esa es la vida que hubiera querido vivir.
En cambio,
he vivido la vida que vivo todavía,
sin redención.
Y que me toca seguir viviendo
hasta el final.
