El sentimiento nacional que respalda al Presidente Chaves
no es una expresión químicamente pura de apoyo popular.
A mi juicio la esencia de ese gesto es más bien de rechazo,
a tantas cosas que merecen rechazo en la política nacional.
No es precisamente un voto de confianza al Presidente,
si no de desaprobación general
a la política y los políticos del país.
El señor Chaves surgió a la cúspide como la flor del descontento.
Pero ya se marchitó.
Ese descontento general del pueblo elevó a este señor Chaves,
pero ya en el puesto,
siendo como es un tecnoburócrata,
evidenció su incapacidad para gobernar (acto solemne de liderar el destino del país).
Durante mi larga vida no he visto en el país un gobernante tan inepto.
Es improvisado,
lo que en este caso,
se puede traducir por aprovechado.
A fines del Gobierno anterior
fue ministro de hacienda.
Carlos Alvarado fue para mi un buen Presidente,
pero no se puede ocultar su craso error,
al haber nombrado al señor Chaves como ministro.
Y el Presidente Chaves que se ve vivillo,
pensó que si un muchacho tan joven era el Presidente,
pues él también podía aspirar,
siendo un desconocido
y desconocedor de la realidad nacional.
Y eso es lo que estamos pagando.
Y claro, también el empecinamiento de José María Figueres,
por querer ser Presidente
teniendo el techo de vidrio.
El señor Chaves es un improvisado-aprovechado
y a la hora de las horas se verá
que no tiene arrastre electoral.
Pero ya es grande el daño que ha hecho.
Es urgente que Costa Rica recobre su camino.
Y estoy seguro que lo hará por la vía electoral.
¡Viva Costa Rica!