Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Imperceptiblemente…

Poco a poco, imperceptiblemente,
ha ido desertando de mi el entusiasmo.
Las inocentes ganas de vivir.
Pasan las horas, los días
y no consigo el ardor de otros tiempos.
Hago las cosas diarias,
lo que hay que hacer,
por impulso de la costumbre
y la necesidad.
Sin contento.
Quisiera vivir mi vida como viven los pájaros,
que por las mañanas saltan
y se consumen en el aire alegres
por el solo hecho de estar vivos.