El hombre que perdió su sombra es una novela de Adelbert von Chamisso, autor alemán que muere en 1938.
El asunto resumidamente consiste en que el protagonista, por un puñado de monedas de oro, vende su sombra a un personaje extraño y desgarbado, que no es otro que el mismísimo diablo.
Y después, incompleto por falta de sombra, es incomprendido y rechazado por la gente.
Y el pobre hombre tiene que vivir su vida apartado y quiere recobrar su sombra, pero el diablo, que por algo es diablo, le pide a cambio que le entregue el alma.
La triste historia del personaje de Chamisso me da pie para contar, que yo he perdido la imagen de mí que he tenido por tantos años.
He decidido liquidarla por propia mano,
en un acto de lúcida conciencia.
Así de simple, la imagen de mi, falsamente erigida en el seno de la vida familiar, la he borrado por completo.
Ese ‘imagencidio’ ha sido consecuencia de mi maduración personal, y de la resolución inclaudicable de ser honesto conmigo mismo.
He apartado pues los viejos andamios y he decidido seguir por mi propia cuenta.
Sin la falsa imagen de mi, construyéndome día con día.
Yo frente a mí mismo.
Limpia y escuetamente yo.
Incompleto pero deseoso de aprender en la escuela de la vida.
Sin prejuicios, humildemente dispuesto a vivir la vida.
Consciente de mis defectos, sin autoengaño, pero sin dolor.
Resignado a mí mismo.