Además de leer algunas páginas
y de pensar en las cosas que tengo que hacer,
el día ha pasado plano,
sin particular interés.
Una suspensión anodina de mis inquietudes.
Hay gente que vive así
y muchos van a escorar al bar
como única salida.
Palpo mi soledad,
la falta de compañía
a estas alturas verticales de mi vida.
Tendré que amarrarme duro
a la silla de mi existencia.
Y esperar, esperar.