Eso de conocerse a sí mismo es un tema peliagudo, por haber sido manoseado por sectas y religiones, que afirman o especulan de tal modo sobre el tema, que se pierden y pierden a la gente, buscando explicaciones y razones trascendentes, más bien sobrenaturales, inexistentes e imposibles y que pretenden imponer a los demás.
En el pasado la Iglesia de Roma ha querido imponer su doctrina a sangre y fuego, como un imperio despiadado.
Y si el mundo se descuida, lo haría otra vez, con tormentos incluidos, pues para los seguidores de esta iglesia, quien no comparte su credo no tiene salvación (?) y merece el peor de los castigos, las llamas del averno.

El Homo Sapiens surgió hace solamente unos 300 mil años en el Planeta Tierra, y es a partir de entonces que comienza su trato con el mundo, y el consiguiente desarrollo de la inteligencia.

Todo lo que es el ser humano es su cuerpo y su historia, estrictamente y nada más.
El hecho de que el pensamiento sea un producto intangible del cerebro, se ha prestado para tantas confusiones y manipulaciones que, antes de clarificar lo que han hecho es enturbiar el asunto, en provecho de intereses mezquinos que florecen y han florecido en todas las épocas.
Hoy surgen iglesias en los vecindarios, deseosas de participar de la ingente riqueza que hay en juego: feligreses devotos y contribuyentes.

Es entendible que hace 2000 años y más, el ser humano tuviera explicaciones fantásticas acerca de la realidad y la vida y el más allá, pero la persistencia y promoción de esas creencias hoy día, es sospechoso y solo explicable por la ignorancia, o por negocio, o por miedo o por las tres razones.

La realidad y su evolución es algo complejo; falta mucho por conocer, el futuro es apasionante.
Por lo pronto sabemos que el Universo es el resultado del Big Bang, que ocurrió hace como 13.800 millones de años.
Dicen que el Big Bang puede ser un acontecimiento periódico, otros postulan la existencia de universos paralelos.
La investigación científica irá dando las respuestas con el tiempo.
En rigor la ciencia experimental es juvenil, no tiene ni 500 años; se inaugura con Galileo Galilei, que vivió en Italia entre los años 1564 y 1642.

El tiempo transcurre indiferente y el conocimiento científico avanza veloz.
Y sin embargo son multitudes, las que siguen aferradas a las explicaciones fantásticas de la realidad de hace más de 2000 años; la ignorancia, la ingenuidad, la mala fe, la avidez, la vida fácil, los tontos útiles.

Para concluir quiero decir, que si el mundo hubiera sido creado por un buen Dios como creen los creyentes, lo razonable sería que todo fuera simple y sencillo, como decir el caso de un buen Gepetto, que creara un hijo menos pícaro que Pinocho.