Tal parece que nos hemos ido
comiendo el planeta a dentelladas,
ni tan siquiera poco a poco.
A estas alturas el agotamiento de los recursos naturales
y la erosión del planeta
hacen ya de las suyas,
y amenazan con una crisis insuperable de subsistencia, amén de la crisis climática.
El Secretario General de Naciones Unidas, el señor Antonio Guterrez,
ha alertado al mundo
sobre la finalización de la Etapa de Calentamiento Gobal en el planeta,
para dar paso a la Etapa de Ebullición.
Advierte que se da antes de lo esperado.
Y dice textualmente: “ Las consecuencias son claras y trágicas: niños arrastrados por las lluvias monzónicas, familias que huyen de las llamas, trabajadores que se desmayan bajo el calor abrazador”.
Este proceso ha sido vertiginoso, digamos 60 años. Y con los índices sostenidos de crecimiento actuales
de las economías del mundo,
el colapso está a la vuelta de la esquina.
Y eso que no digo nada de la pésima distribución de la riqueza,
cuyo alarmante dato es de un 80% de la riqueza mundial en manos de un 20% de la población.
Es un dato espeluznante que, por su lógica perversa,
tiende cada día a ser peor.
El sentido de la economía mundial es el crecimiento continuo,
sin tener en cuenta que los recursos planetarios son limitados,
y que muchos actualmente se encuentran en estresante estado de agotamiento.
La situación ha llegado a ser insostenible por mucho tiempo.
Y es razonable que con esa lógica se llegue pronto al colapso.
Se avecina pues una crisis mundial sin precedentes.
Y no lo digo por catastrofismo. Es la dura y pura verdad.
Y seguimos como si nada.
Lo que proponen los estudiosos del asunto
es un decrecimiento gradual de la economía del mundo,
a base de abandonar la producción de artículos suntuarios,
y transitar hacia la producción de artículos durables, parecidamente a como era a mediados del siglo pasado.
Y por supuesto, una mejor distribución de lo producido. Muy loables afanes.
Un sueño de opio.
A como están las cosas en el mundo,
su lógica y funcionamiento,
los intereses creados,
esos propósitos no pasan de ser más que buenos propósitos.
De manera que este mundo tal como lo conocemos,
está a las puertas de su fin. !Sálvese quien pueda!