Ya se dejó venir
desde el alto de los cielos,
la pálida alborada.
Se oye el arrullo de palomas en celo
que lo siente y lo saben.
Comienza el nuevo día.
Es el primer sábado del mes.
La gripe me tiene prisionero
en mi propia casa.
Tengo el entusiasmo por los suelos.
Y debo levantarme al nuevo dia.