La individualidad en el proceso vital de la humanidad,
se pierde con el tiempo
al alcance de la visualización comprensiva.
Y eso es del todo lógico.
Pero no quiere decir
que el aporte o concurrencia personal de cada quien,
al proceso de la vida humana, sea nulo.
Los más seguro es que hay aportes, positivos y negativos,
cuyo registro se pierde en la larga precesión de la humanidad.
Pero que se pierda el registro
no niega el acontecer.
Es inmenso, tal vez infinito el Universo,
y solamente una parte conocemos,
gracias a la ciencia.
Queda mucho por hacer,
la aventura del conocimiento es inmensurable.
En menos de 500 años de ciencia se ha avanzado mucho;
tiene que seguir adelante la humanidad,
nada puede ser más fascinante.
Las creencias son un pesado lastre.
Recuérdense “La Santa Inquisición” y las Cruzadas.
Y el peso de las frondosas instituciones
que hoy propician el pensamiento mágico.
Todo y todos formamos parte del conjunto.
Comenzando por nuestros restos matéricos que se transforman,
pero son indestructibles.
Y transformándose vagarán
por la inmensidad del Universo,
el conocido y el desconocido
que forman uno solo.
