Hay períodos de mi vida,
en que debo estar atento
a los asuntos de la construcción en proceso.
Y eso desde hace ya casi 40 años.
Y cuando esto sucede,
significa que tengo que poner la atención
en asuntos fuera de mi.
Lo que se contrapone
a mi afán por escribir
mis habituales notas literarias,
que demandan la atención exclusivamente puesta en mí.
Tengo que realizar una acrobacia emocional
con esmerada precisión
para no extraviarme.
Así me paso las horas y los días.
Y mejor lo asumo con espíritu deportivo
para no echar a perder el día.