Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Impulsivo caudal de juventud

Después de cierto límite
la edad es un sentimiento personal.
Hay que estarse sosegando
para no desmandarse,
creyéndose un muchacho
cuando ya se está en la plena madurez.
Y como es mi caso, en la vejez.
Y es que el caudal de la juventud
es impulsivo.
Y espontáneamente desea seguir su curso como si nada.
Así es el cuerpo y el temperamento juveniles,
briosos como un potranco.
Hay que estar atento
y sosegar los impulsos,
no vaya a ser que por imprudencia,
se viva de un solo tirón
la vida que queda por vivir.
Claro que cuenta, y mucho,
la experiencia que dan los años.
Pero hay que aprenderla.
El riesgo es dilapidar la vida
por impremeditación.
Lo que diariamente sucede en este mundo.