!La felicidad, la felicidad!
Todos preocupados por la felicidad.
La felicidad es un sol inalcanzable.
Puede haber paz, tranquilidad, contento.
Y eso por ratos, que no es permanente.
Primeramente hay que ser honrado con uno mismo
y decirse las verdades cara a cara.
Y a los demás, si no se les quiere,
por lo menos no hacerles daño.
Y en esto es donde las iglesias juegan su papel,
absolviendo, remitiendo culpas.
Pero hay muchos caradura que se la juegan extramuros.
Y no se dicen las verdades sino, puras mentiras.