Escribir es vivir

Cuando me llevaron de aquí para San José,
yo creia que era como alcanzar el cielo con las manos, así como así.
Fue un parteaguas para mí.
La vida cambió radicalmente
de un día para otro.
A estas alturas saber si fue para bien
o para mal,
es un tema cuyo trato solo tiene interés literario.
Recuerdo que sufrí el desarraigo.
Y encima,
me tocó trabajar en San José,
de 7 a 11 y de 1 a 5.
Y se murió mi padre cuando era
como decir, Dios para mí.
Estaba en tercer año y terminar el colegio fue como una guerra.
Recordar es vivir dice un refrán.
Escribir es vivir también.