Hace días que me sucede.
Vivo atrapado entre las páginas de los libros, a veces incluso novelillas policiales, de esas de a montón que hay en la internet.
Un fuerte impulso aparencialmente espontáneo, me mete dentro las páginas de los libros.
Cuando desvío la mirada y veo el día, las nubes, la lluvia, las mariposas, la gente, es como si me asustaran, y con la misma, vuelvo a poner la vista en el renglón.
No quiero salir de los libros, solo dentro de sus páginas vivo la vida sin desgano.
No está bien, es obvio.
Pero tampoco siento deseos de modificar la situación.
Sé bien íntimamente que no debo seguir así, que el mundo está ahí y que no conviene perdérmelo, no a mis años que son de despedida.
No sé que hacer.
Estoy resignado, postrado ante la situación.
Vivo la vida de mentirillas que me ofrece la lectura: ideas, espacios, personajes, vicisitudes, sentimientos.
Algo tiene que suceder para que yo vuelva a la vida real.
Y que suceda antes que de sea tarde.