Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Duele profundamente para siempre

Se oyen ruidos y golpes familiares a través de los patios vecinos, arborizados,
alguien carpintea de aquel lado.
Van a ser las 6 de la tarde.

Me transporto al patio de la casa donde me crié hace tantos años,
umbrío, solitario,
buscando la felicidad que ahí se me quedó.

La lluvia fue copiosa y cesó por fin.
Está triste la tarde pero no hay tal,
el que está triste soy yo,
porque a Dana,
nuestra perra dálmata, una reina de natural,
le hicieron una operación
que afectará el bienestar de su vida futura.
Me duele profundamente
para siempre.