Despertar cada mañana
y saberse vivo en este paraíso.
Es como pegar el mayor de la navideña.
Hay que estar conscientes
de semejante proeza.
Y vivir la vida con generosidad
y minucioso deleite.
Saborear la miel y la hiel
de cada instante.
Nuestro paso por aquí es fugaz
y sin retorno.
Hay que aplicarse cuidadosamente a vivir.