Se vive.

Se vive lo que se vive como se vive.
Declives, empinadas cuestas,
indiferentes pasajes.
Afanes, alegrías, sustos, angustiados momentos.
Se vive lo que se vive,
no hay quite.
Y se llega por fin a la cúspide
o sala de espera final.
El atalaya desde donde se ve
el dibujo borroso de lo vivido.
Y el futuro por venir ahí nomás,
a la mano.
Tal vez llegue un día
en que se pueda volver a vivir todo otra vez.
El James Webb ha vuelto hacia atrás en el tiempo,
a 300 millones de años del Big Bang
que fue hace 13.800 millones.
Y ha podido detectar una galaxia
a 13.400 millones de años luz de distancia de la Tierra.
Ante tales proezas,
qué puede costar entonces
el reprise de una corta vida insignificante como la de uno.

Y así tal vez pueda yo corregir tanto error cometido.