Amanece.
Pleno verano.
El viento mece la verde fronda de los árboles,
que parecen gigantes mitológicos embravecidos.
Un silbo se escucha continuo en el espacio.
Viene a mi el recuerdo de niño
y la alegría del campo.
Los ríos, el polvo de los caminos
y la ilusión pura del momento.
Sin pasado, sin propósitos.