La últma vez que vi a Gilberto Araya,
si mal no recuerdo,
fue sobre un caballo, el sonto le decíamos, porque le faltaba una oreja.
Era barcino colorado,
bueno de corazón, fuerte.
Zaguate.
Recuerdo que iba con sombrero de campesino blandiendo el lazo sobre la manada,
por “ La calle del arreo “.
La última vez que lo vi fue en Maxipalí
de Guadadalupe.
Después de toda una vida,
de frente en un pasillo de Maxi Palí me dice,
sorpresivamente,
y vos qué,
de vago pensionado.
Me acuerdo de Orlando, Celín, Tomás, Gilberto,
Todos hermanos.
Había varias hermanas.
Algo había de parecido en ellos.
Le decían “ Los Conchones “.