Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Irremediablemente se me olvidó

De veras que hay que estar sobre la jugada en este juego de la vida.
Iba en el carro manejando
y me vino una idea para escribir.
Y en vez de orillarme y parar para ponerme a escribir,
seguí adelante confiado,
iba ahí no más y creí que no lo olvidaría.
Y, por supuesto, se me olvidó.
Irremediablemente se me olvidó. Y por más que me he concentrado,
no he podido recordar.
Bien que lo sé,
no es la primera vez
que me pasa lo mismo.
Idénticamente.
Cómo es posible que me suceda a sabiendas.
Pereza. Comodidad.

Lo cuento para ilustrar el concepto sartriano de mala fe, con un caso de la vida real