La vida personal tiene su inicio
y tiene su final.
Después del fin estaremos muertos
y antes de nacer, según Pavese, también,
lo cual es comprensible.
Venimos al mundo sin ningún destino específico, salvo el de vivir, biofisiológicamente y por fin morir.
A cada quien corresponde darle
sentido a su vida.
Es una tarea que hay que cumplir diariamente,
so pena de vivir una vida sin sentido;
simplemente nacer, vivir como autómata y por fin morir.
Mucha gente vive así, contraídos a las acciones elementales de la vida, por inercia.
El sentido de la vida pues,
es darle sentido a la vida.
Y esto se hace con las propias
acciones,
de modo que vivir la vida supone un tensión continua, una vigilia.
No venimos hechos a este mundo,
somos, debemos ser,
el producto de nuestras propias acciones.
Vivir cuesta pero es fascinante.