He estado leyendo absorto y, sorprendido, me percato de que ya casi van a ser las 5 de la tarde.
La luz declina sumisa ante la sombra y todo parece ensimismarse.
Qué fácil y veloz se pasa el día entretenido.
Y es similar lo que se siente cuando, de repente, ve uno que la vida casi toca ya su fin.