Acerca del origen y destino de la vida humana
hay mucha confusión.
La vida del Homo Sapiens sobre la faz del planeta data de hace 300 mil años.
Y de ese largo período solamente 10 mil años son de vida civilizada.
Y de esos 10 mil años apenas los último quinientos,
han visto la luz
del conocimiento verificado, particularmente a partir de ese gran sabio que fue Galileo Galilei,
mártir de la verdad
en las manos sanguinarias de la Iglesia de Roma.
Es larga la noche del conocimiento
y muy reciente la luz que lo alumbra.
Y las sombras siguen tercas proyectando su luz opaca.
Las fuerzas institucionalizadas del oscurantismo
siguen siempre alabando fósiles de la verdad.
Pero la verdad es un camino, una búsqueda, un desiderátum.