A cada instante de nuestra vida
tenemos el futuro por delante.
Todos los destinos posibles
para escoger,
o para que lo escojan a uno.
Puede que sean antes los bueyes,
o que sea la carreta.
Así sucede en la vida.
No siempre es uno el que escoge,
si no que a veces,
es el escogido.
Especialmente si hablamos del caprichoso destino.
Como meta de llegada
ahí estamos siempre
y estaremos.
Mientras haya vida.
Somos nuestro destino,
o nuestro destino es lo que somos.
Es recíproco el sentido.
Y es voluble como la vida.