Este es un mundo de locos.
Es cuestión de sentarse en un pretil del parque y ver la gente pasar
y mejor, si es posible, conversar con
con ella.
Se para el sol chispeante a ver
y oír.
Las ideas, las creencias, las formas de pensar y más,
nos muestran una especie de circo de variedades y ocurrencias.
La religión, las fantasías y creencias de todo tipo,
evidencian un mundo mágicamente concebido
en la cabeza de cada quien.
De nada valen la educación y el trabajo metódico de la ciencia
por casi 500 años,
la gente se aferra a su visión mágica y antojadiza del mundo,
y persiste y va tozuda en su camino,
aunque en el horizonte aguarde el despeñadero.
Un buen ejemplo es como se han puesto de moda las iglesias de toda laya.
En un mundo así puede suceder,
y sucede, cualquier cosa,
y pululan vivillos y aprovechados.
Verbigracia Chaves y su Gobierno insensato.
