Cuando uno tiene un trabajo,
tiene resuelta una parte de su vida,
porque una de las necesidades
más imperiosas y emocionantes,
amén de ganarse los frijoles,
es darle sentido a la vida.
Esto porque la vida del ser humano
viene sin sentido de origen.
Son muchos los que viven su vida sin sentido,
contraídos a las funciones básicas de supervivencia.
Viven una vida insulsa.
Visto el asunto con entusiasmo y responsabilidad,
ese vacío de origen que tiene la vida humana,
es la oportunidad de vivir
una vida con sello personal,
que valga la pena de ser vivida.
Muchos y muchas lo han testificado con su vida,
en todos los campos del quehacer humano.
Una vida sin sentido es una
condenación.
Y una vida con sentido de origen impreso,
sería de autómatas o similares.
Soy reiterativo en este tema,
para poder recalcar,
que nada es más estimulante
que la libertad y el trabajo.
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