Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Un estado especial de trance o beatitud

Leer y escribir poesía y literatura
son las ocupaciones que más me entretienen y me gustan.
La experiencia enseña,
que no son quehaceres similares a la mayoría de las cosas que lo ocupan a uno
a través de los días.
Leer y escribir son acciones que reclaman cultivo, como las plantas, y mejor aún como tocar el piano para un pianista.
Si no se ejercitan, se descuidan
y se atrofian.
No queda más que hacerlo diariamente
para mantener y mejorar la pericia.
Y cuando de escribir se trata,
se pone peliaguda la cosa,
pues no es solo cuestión de querer y aplicarse.
Se requiere conseguir el tema
y establecer la relación emotiva que conviene.
Y es ahí donde está el quid del asunto.
La voluntad y un estado especial de trance o beatitud
son indispensables.
Y esos estados no siempre se obtienen.
Hay tentar y procurar continuamente la emoción.
Empeñarse, entregarse.
Y eso es lo que hace que escribir sea un quehacer minoritario entre la gente.