No hay nada mágico,
todo es histórico.
Sucede que todo es muy confuso para nosotros en el mundo.
La ciencia es reciente
y muy poco puede hacer
ante las creencias de la gente,
que más bien se agrandan
día con día.
Parece mentira.
En buena medida por negocio.
La inconsistencia y la deshonestidad son nuestro diario vivir.
Nuestro mundo es un espeso caldo infestado de creencias y malas intenciones.
Es muy difícil bracear en esa agua gelatinosa.
Casi imposible llegar a la otra orilla,
la que alumbra la ciencia desde hace apenas 500 años.
Qué va, es imposible superar el muro de la ignorancia y de la
mala fe.
Y mucho menos teniendo a dios, el dios en que supuestamente cree la gente.
Y que les sirve para hacer tanta chanchada.
Claro que estoy entre la gente,
para que no se crea que estoy por encima de todo,
tirando piedras desde las alturas.