Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Ser el producto de nuestra propia voluntad

Es lo normal que uno ande en busca de uno mismo,
como si estuviera perdido.
Así lo educan mientras lo crían,
con la misión de encontrarse
a sí mismo.
A los mayores que lo educan a uno, en toda sociedad,
les sucede también lo mismo,
ignoran al igual que uno
su vida prenatal
y de los tiempos de la tierna niñez,
que obviamente no se alcanza a recordar.
De modo que la gente (yo incluido desde luego),
vive buscándose como si estuviera extraviada,
y de veras que lo está.
Nuestra filogenia se remonta al primer homo que puso los pies sobre el Planeta Tierra,
hace como 3 millones de años,
el Homo Habilis.
Es deseable hacer consciente el conocimiento de esa trayectoria, para irnos aproximando al
conocimiento de nosotros mismos.
Pero es, a todas luces,
imposible seguir la pista consciente de esos meandros desdibujados por el tiempo,
la trayectoria del homo sobre el Planeta Tierra.
Es prácticamente imposible llegar a conocer nuestra esencia recorriendo el camino de regreso
al origen.
Todo lo que se haga en ese sentido puede ser provechoso,
pues la especie humana es
una viva realidad perdida en el tiempo.
Es bueno, pues, ese ejercicio,
pero si nos atenemos a los hallazgos y revelaciones que nos ofrece,
nos quedamos rezagados en el tiempo,
con un pasado desconocido y un futuro incierto.
Por semejante dificultad es que Jean Paul Sartre,
pensador francés que murió en el 80 del siglo pasado, a los 74 años,
propone la aventura de levantar voluntariamente nuestra identidad,
sobre la base de lo que somos, hijos de la historia,
pero con la mira puesta en el futuro. Construirnos a nosotros mismos
de modo consciente en el curso de la vida,
en función de valores voluntariamente establecidos,
de cara al futuro.
Y así venir a ser el producto de nuestra propia voluntad,
no un simple resultado involuntario de la evolución.
Y francamente me parece una posición entusiasta,
eso de construirse a sí mismo,
versus el de ser producto involuntario de las circunstancias.
Yo soy yo y mi circunstancia dijo Sartre.
Me corresponde moldear la circunstancia
para erigirme a mí mismo.
Entiendo que M. Foucault hace una propuesta similar a la de Jean Paul.