Vista en retrospectiva mi vida, como tengo que verla ahora, desde la cúspide de mi edad, el recorrido lo hice por donde fue y tenía que haber sido, para llegar donde he llegado, como he llegado.
Y no es que no se presentaran ocasiones de seguir otros rumbos que se mostraban atractivos o simplemente posibles.
Muchas veces me afané atascado en en el zócalo de múltiples posibilidades, removiendo obstáculos y calculando el paso siguiente para seguir adelante.
Hubo veces en que, ya adentrado en el camino hacia determinado destino, me regresé al inicio y opté por otra ruta. O ya adelante en el camino, modifiqué la dirección.
Esas variantes se dieron en diferentes ocasiones, y no es que visualizara con claridad mi destino, más bien producto de la casualidad o la confusión.
Algunas decisiones pueden haber sido lúcidas, otras más o menos pero, en no pocas ocasiones me la jugué al tanteo.
Vista mi vida en retrospectiva, como ahora puedo verla, se ve nítida la ruta que seguí. Pero esa visión es a posteriori.
Mientras estaba en esas, pasando por donde pasé y estando donde estuve, yo venía en el camino haciendo camino al andar, como dice Machado, a veces firmemente orientado y otras oscilante, como la llama que el viento empuja y está a punto de apagar.
Claro que para estar donde estoy, como estoy, fue preciso que hiciera lo que hice, como lo hice, ya por clara resolución personal, o por necesidad, o por acaso, o por una combinación de factores.
Una vez andado, el camino de mi vida se ve claramente señalado, pero mientras venía en marcha, con dudas y haciendo acopio de voluntad, no fue nada fácil.
Y bien, he comentado a grandes rasgos el curso de mi vida, nada literaria por cierto. Pero si después de todo lo vivido, hago el ejercicio mental de regresar a las distintas esquinas o rutas por donde pasé y tomo un camino supuesto, y procedo a ingeniar una historia de eso que pudo haber sido y no fue, el supuesto recorrido por ese supuesto camino, lo que estaría consiguiendo entonces, sería una narración literaria.
Y es así como nacen, a grandes rasgos, cuentos, novelas y narrativa en general, cuya condición verosímil se sustenta en lo que pudo haber sido y no fue.
De modo que cada quien en esta vida, es como un libro de muchas posibles historias literarias, que solamente hace falta poner en blanco y negro, nada más y nada menos.