Hago lo que puedo, me digo comprensivo ante la realidad, a veces tan adversa.
Pero no es tan fácil, puede pasar tiempo, vicisitudes, multitud de experiencias para entender que, de veras, lo que hacemos es lo que podemos hacer.
Bueno, cuando ponemos de nuestra parte y hacemos lo que podemos, cuando hay que hacerlo.
A veces tratamos dele que dele, antes de arribar a esa conclusión.
Es un límite, pero es móvil, el esfuerzo mueve montañas, de veras.
Y de ahí que puede ser fácil el equívoco.
A veces pasan años de estar pegue que pegue en la misma piedra.
Y es que no se puede hacer lo que no se puede, es prácticamente imposible, un contrasentido.
Somos lo que somos como somos.
Y es una aventura, un periplo de aciertos y desaciertos, arribar a ese entendimiento.
Hay que tener cuidado de no confundir con la derrota, porque es una victoria esa comprensión.