Ahora, a estas alturas de mi edad,
me doy perfecta cuenta
que mi vida,
ha sido un experimento
en busca de la felicidad.
Fallido.
Muchas veces la disfruté
creyendo haberla conquistado.
Un espejismo.
Ha tenido que pasar tiempo
para ver
cuán equivocado estaba.
La felicidad no hay.
Es una borrachera más
de mi alocada juventud.
Ahora lo comprendo.
Quiero paz y armonía.
Eso me basta para vivir
la vida que me resta.