Yo soy así
y a veces también soy asá.
Pero qué puedo hacer yo,
siendo que inevitablemente
soy yo.
He luchado por años
tratando de cambiar y dejar de ser yo
para ser otro,
a la medida de los que me criaron, supongo,
que vivieron su vida queriendo también ser otro,
por la misma razón hereditaria.
Estoy condenado a ser yo
y lo mejor es que lo acepte así
y me deje de devaneos.
Mi momento nal me llega a mi
y a nadie más.
No sea que muera
creyendo que es otro el que muere.
¡Qué ridículo!
Como nota al margen quiero mencionar el caso tan ostensible de quienes nos gobiernan,
que sin duda también padecen el mismo síndrome,
y creen ciegamente ser otros,
distintos y evidentemente opuestos del que realmente son.
¡Sálvese quien pueda!