Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Nuestra Parcela Existencial

La libertad individual es la piedra angular de la sociedad.
Y es connatural al Homo Sapiens,
que se originó en África oriental
y se extendió por el planeta.
La primera piedra de la sociedad es la familia
y sigue la tribu.
Fue necesario enfrentar necesidades y catástrofes ecológicas,
para que nos fuéramos congregando
alrededor de las fuentes de agua.
Y nos congregamos y comienza la historia de la civilización.

La carrera de los espermatozoides es a muerte.
Inicialmente son miles de millones y solo uno logra fecundar.
Se dan casos de gemelos, trillizos, etc. pero son ocasionales.

Conforme al orden natural, cada uno de nosotros ocupa un lugar exclusivo en el espacio tiempo.
Nuestra parcela existencial exclusiva
es parte orgánica de nuestra constitución individual.
Desde nuestra posición en el espacio tiempo,
establecemos las relaciones entre iguales
y realizamos los intercambios.
Yo soy mi posición en el espacio tiempo y al al reves
Ese rasgo material nos define en el mundo,
y en el se asienta la condición natural del individuo
y la necesidad del respeto mutuo.
Y de una organización social acorde.

Esta vida no tiene sentido salvo el que uno le dé.
La libertad es connatural al Homo Sapiens moderno,
es el clima natural del individuo.
La organización de la sociedad debe privilegiar al individuo.
La naturaleza de la comunicación es yo con yo
y de ahí a los otros,
y la realimentación.

La fuente de la literatura es
lo que pudo haber sido y no fue.
Posibilidades alternativas en el camino de la vida
van siendo desechadas,
o inadvertidas.
La ruta que se sigue
va dejando regados en el camino
otros destinos posibles.
Y esos destinos posibles son
la materia prima de la literatura narrativa.

En literatura no existe el texto acabado.
La obra literaria es esencialmente colectiva.
En cada lectura concurren el autor que la escribe y el lector que la lee.
Se puede decir que cada lectura es una versión.
La obra literaria tiene que estar abierta a las diversas lecturas,
lo contrario la invalida como tal.

En la vida social somos tu y yo, yo y el otro.
Ahí está la clave del asunto.
Somos uno y vario.
La relación social se erige desde los individuos.
Es misterioso, pero es fascinante.
La vida que vivimos es revuelta,
literaria y concreta.

El proceso de la vida puede ser aparencialmente contradictorio,
pero lleva un sentido infalible: la vida.
Cada individuo en combinación con las energías del medio,
le asigna el destino a su vida.
No lo trae de origen.
Es una aventura maravillosa
por la que vale la pena vivir.
El determinismo no hay.