Antes, hace unos pocos años,
creía implícitamente que yo era para siempre,
eso cuando por acaso lo pensaba,
pues ese tema era prácticamente inexistente para mí.
Y si se daba el tema de la muerte,
era sobrentendido que era la de los otros y qué pena y todo eso.
También tenía aproximaciones intelectuales y filosóficas al asunto.
Es así que he estado ocupado viviendo
y he llegado en un repente a los 80 años.
Me tomó por sorpresa algo tan natural.
Se esfumaron los años.
Y ahora resulta que mi vida se ha enlentecido,
me demoro en el momento,
no tengo prisa en el camino.
