Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Lo recuerdo siempre agradecido

Fui un niño hiperactivo reprimido, por la fuerza de mi madre.
Pero aún así me salía con la mía.
Las pozas de los ríos eran mi mayor emoción.
Pasaba horas de horas en el agua hasta salir temblando y azulado.
Mi madre furiosa me tenía prohibido que fuera,
por el inminente peligro.
Un grupo de amiguillos nos fugábamos de la escuela,
escalábamos la tapia
y nos íbamos para la poza;
la cortina, la de los ahogados,
la del pato, la pelton y la de nances, en los alrededores del pueblo, a tiro de piedra.
Y la posa de las tablas, la de la puentera, la del puente de San Jerónimo y Las Juntas
en el caudaloso río Barranca.
Cuando me quedé en cuarto grado mi madre furiosa me iba malmatar,
y cuando le enseñó la nota,
mi padre le dijo “Sí Elida, este muchacho se quedó, pero es capaz de agarrar un pez en el agua”
Me salvó, lo recuerdo siempre agradecido.