Yo me niego a tener un concierto de infiernos,
como quería Rimbaud para sí.
Quiero limpiarme de tanta escoria
y ser puro, cristalino.
Como si viviendo mi vida
pasara levitando por el mundo.
Sin contaminarme
de tanta confusión y tanto engaño.
Vivir, simplemente vivir
como los pájaros,
como mis nobles perros.