Roderico Rodríguez, escritor costarricense

La emoción poética

Viene el día y sus trapisondas.
Lo mejor es entrarle organizado,
sabiendo por dónde comenzar.
Esto es mejor resolverlo en la noche, antes de dormir.
Normalmente me las arreglo con un plan básico que comienza por la lectura.
Y luego me voy por ese cauce,
haciendo digresiones ocasionales
que a veces,
se empoderan en su curso
y hasta llegan a adueñarse
de la labor del día.
Me sucede a veces, cuando leyendo,
viene a mi la emoción poética.
En el camino voy haciendo ajustes y al final del día,
una vez hecha la travesía,
mi estado de ánimo,
que al igual que mis perros no miente,
me dice la medida del provecho.