Todos los problemas,
absolutamente todos sin distingo,
se resuelven con la muerte.
Inclusive la inquietud
y la incertidumbre que nos causa
la muerte.
La muerte munificente.
La muerte totalitaria.
La vida se queda corta ante la muerte,
es la pura verdad.
Una vez muerto uno
es como si no hubiésemos existido nunca.
¿Qué más se puede pedir?
¡Esta vida es maravillosa!
