Cumplí 81 el primer día de este mes.
Y he vivido tanto tiempo como si nada,
tan campante,
no viendo que a la vuelta de la esquina
espera la muerte.
Me gustaría seguir viviendo mi vida
como hasta ahora,
ajeno a la situación.
Es mucho pedir,
desentenderse de la muerte que acecha.
Pero no hay opción.
No es asunto de valor,
es de resignación.