Roderico Rodríguez, escritor costarricense

El barro de los días…

Inevitablemente vivimos oyendo
los ecos apagados
de la mágica vida fetal y de niño.
Tratando de descifrar lo indescifrable.
Un destino que sabe a condena.
El único camino viable es
hacerse a uno mismo
con el barro de los días.
Darse forma, construirse en el camino,
a imagen y semejanza de nuestras aspiraciones.
“ y los sueños, sueños son “
dijo el poeta,
fecundo material para el arte.