Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Desnudos, avergonzados, huyendo despavoridos

De nada vale borrar los mensajes,
con intención de eliminar información comprometedora.
Ahora resulta que WhatsApp los guarda en un archivo monstruoso,
y ahí quedan “ per saecula saeculorum “
como una memoria personal,
que antes se llevaba el viento.
Un fiscal español que borró los mensajes que lo incriminan en un delito, ahora le irá peor,
porque WhatsApp entregó,
a solicitud de un Tribunal,
las copias de respaldo de los mensajes.
Lo que antes era íntimo y personal,
ahora va quedando registrado en “ la nube”, ese espacio inagotable,
de la vida virtual.
Por extrapolación,
este acontecimiento me recuerda las imágenes de Adán y Eva,
desnudos, avergonzados,
huyendo despavoridos del Paraíso.