Me pasa lo mismo
siempre que veo a Marhta Argerich en la televisión.
Qué manos como palomas sobre el teclado.
Qué boca exquisita que exhala
la música.
El claro contorno de sus labios
como botón en flor.
Me embriaga su aliento.
Estoy enamorado.
Será locura este amor.