Roderico Rodríguez, escritor costarricense

Carpintero & Poeta

A mi me gusta escribir
como una herencia
de mi padre, bien lo sé.
Él era muy inteligente
pero no pudo ir más allá de la escuela,
por la pobreza y la ignorancia familiar, el lo sabía.
Recuerdo cuando en la mesa del comedor nos reuníamos, al café y las comidas,
y papá escribía con su orgullosa pluma esterbrook, en las orillas del periódico.
Sé bien que le hubiera gustado tener otro destino,
pero el taller de ebanistería lo cercó.
También era apicultor y eso sí le encantaba.
Y luchó para que sus hijos tuvieran otro destino
( Qué cosa, a mi me hubiera encantado la natural herencia de la ebanistería y los colmenares).
Y bien, yo me hice profesional y tuve una larga vida de trabajo, pero apenas pude me hice carpintero,
y si hubiera podido me hago ebanista, pero que va, no es fácil,
la ebanistería es más que un simple oficio,
requiere tiempo, vocación, técnica, buen gusto, serenidad.
Por dicha que ahora,
con delicadeza de ebanista, trabajo y pulo las palabras.
La vocación es una manera de
ser.
Me hubiera gustado ser ebanista y apicultor.
Por dicha soy carpintero y poeta.