Ya casi empezaba yo a inquietarme por el estado tan laxo
de mi situación en esta tarde oscura.
Fue entonces cuando,
queriendo saber qué hacer,
me percaté de que era viernes.
Y vinieron a mi memoria
aquellos tiempos de los “ Viernes de moda” en San José,
de los “avenidazos”,
de La calle de la Sosa Cáustica
en San Pedro, hoy mal llamada, por imitación, La Calle de la Amargura.
Ha pasado el tiempo implacable
como es su estilo.
Y ahora para mi
todos los días son iguales.
