Siempre vivo ocupado.
Por mi temperamento,
pero también por el ejemplo
de mis mayores.
Leer es mi ocupación más frecuente.
Entremetidas están las pausas
entre las ocupaciones,
y es cuando trato de conectar
con la honda de escribir ( en reposo ha estado la tentación alerta ).
Me pongo a pensar,
a contemplar el reflejo y las correspondencias entre las cosas,
y a tratar de dar con el tema
y si lo consigo, manos a la obra en el acto, no cabe dilación.
Me gusta leer, ahora mayormente releo, literatura y poesía,
y cuando consigo escribir algún texto es para mi
como alcanzar el cielo con las manos.